Tú también puedes terminarlo
Unas sencillas pautas de entrenamiento previo pueden facilitar que realicemos el Camino de Santiago evitando problemas en nuestros pies.
Es altamente recomendable un reconocimiento médico sencillo.
Además ir realizando un entrenamiento progresivo, en el que iremos día a día afrontando distancias más largas para que nuestro cuerpo se vaya adaptando a recorrer distancias importantes a pie.
La ropa ha de ser cómoda y amplia, transpirable y adaptada al tiempo de la estación en la que realizamos el Camino.
El calzado también ha de ser amplio y cómodo. Se recomiendan botas impermeables, transpirables y altas, que recojan el tobillo ya que el recorrido es irregular y debemos evitar las torceduras.
El cambio regular de los calcetines es importante para evitar hongos y ampollas.
También resulta clave mantener una buena hidratación, adecuada y regular, que evita las ampollas.